¿Chupón o dedo?

Muchas mamás se preguntan qué es mejor, dejar a sus bebés chuparse el dedo, o acostumbrarlos a que usen chupón. Lo que sí es una realidad, es que muchos bebés, sino es que la mayoría de ellos, necesitan succionar para relajarse y dormirse.

Anteriormente me inclinaba por la idea de dejarlos que se chuparan el dedo, teniendo la experiencia de que con un buen manejo, los niños dejan de chupárselo sin problema. La ventaja es que el bebé se mete y se saca el dedo cuando él lo desea, no por imposición de la mamá. La desventaja, es que puede llegar a afecta a la dentadura del niño, pues especialmente cuando se chupan el dedo pulgar, este se recarga en los dientes incisivos superiores, empujándolos hacia afuera. Otra desventaja es que teniendo siempre a la mano, pues se corre el riesgo de que se prolongue más el hábito, haciéndose cada vez más difícil de quitar.

Lo que he observado últimamente, es que cuando se tiene un buen manejo del chupón, los bebés duermen mejor, y a la larga es más fácil quitárselos para dormir. La desventaja es que cuando se les cae el chupón en la noche, especialmente cuando son muy pequeñitos, es el adulto el que se tiene que levantar a dárselo de nuevo. Dependiendo del bebé, esto puede ocurrir desde una a varias veces en el curso de la noche. Lo que algunas mamás recomiendan, es que cuando el bebé es un poco mayor y ya tiene la posibilidad de buscarlo y llevárselo a la boca, es ponerle varios chupones en el colchón o en la cuna, para que encuentre alguno fácilmente, sin la necesidad de que un adulto acuda a ayudarlo.

¿A qué me refiero con darle un buen manejo al chupón? En primer lugar, no lo vamos a usar para “callar” al bebé, lo vamos a usar para ayudarlo a relajarse y dormirse. Eso quiere decir que únicamente se le va a ofrecer él chupón, cuando se va a dormir. Al momento de levantarse, ya sea por la mañana, o después de la siesta, se le debe de retirar. Cuando uno es consistente en esto, los niños relacionan el chupón con la dormida, y se acostumbran a entregarlo voluntariamente al despertarse.

Para cuando ya tiene la edad adecuada y el niño pequeño ya podría dejar el chupón, se le puede invitar a dormirse sin él, quizás distrayéndolo al leerle un cuento, cantándole una canción para dormir, o simplemente acariciándole la espalda o los bracitos, ayudándolo a relajarse de una manera diferente. Si no lo logra, se puede cortar la punta de uno de los chupones para que el niño lo sienta raro, y lo deje por sí solo. Los demás se hacen perdidizos y se le explica que é

l chupón que quedaba se rompió.

El chupón debe usarse para satisfacer las necesidades del bebé, no del adulto.