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Ser Felices

  • Elvira A
  • 30 ene 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 5 feb 2019

“¿Quieres que sea feliz ahorita, o que sea feliz a largo plazo?

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Como guía y como coordinadora de Taller, de una escuela Montessori, tuve la oportunidad de preguntar a varios padres de familia, en diferentes ocasiones, qué era lo que deseaban para sus hijos. Muchas veces, la respuesta era “queremos que nuestro/a hijo/a sea feliz”. A lo que yo volvía a preguntar, “¿Quieres que sea feliz ahorita, o que sea feliz a largo plazo?” Ya pensándolo mejor, me respondían que querían que fueran felices a largo plazo.


¿Por qué es importante hacer esta distinción? Porque si queremos que nuestros hijos sean felices a largo plazo, es necesario que aprendan a estar bien aún con algunas incomodidades en su día a día. Esto quiere decir que, como padre, no voy a ir limpiando su camino, no voy a ir quitando las piedras y los obstáculos a los que se debe enfrentar. Le voy a enseñar a darse cuenta de que aunque las cosas no salgan tal y como hubiéramos querido, igual podemos estar bien.


En la vida siempre nos vamos a enfrentar a situaciones incómodas. Por ejemplo, puedo amar mi trabajo, pero quizás me incomoda un poco tener que levantarme temprano para llegar a tiempo. Si yo no estoy acostumbrada a vivir con ciertas incomodidades, las probabilidades de que acabe dejando mi trabajo, van a ser muy altas.

¿Cuáles son las situaciones que puede vivir mi hijo en este aspecto? Por ejemplo, cuando no le tocó en el mismo salón que sus amiguitos, ¿cuál va a ser mi reacción? ¿Tratar de cambiarlo de salón? O, ¿voy a dejarlo que viva lo que le tocó vivir, enseñándole que en realidad no pasa nada, y que quizás es una oportunidad para conocer a otros niños?


Muchas veces somos los padres los que vivimos la angustia más que los hijos, y en lugar de darle la importancia que se merece, la magnificamos y buscamos la manera de que nuestro hijo “sea feliz”, quizás sacándolo de la clase de deportes que finalmente no le gustó, antes de que termine el semestre o el año de inscripción; quizás elige algo y después prefiere lo que tiene el hermano, y nuestra reacción es ver la manera de cambiarlo o comprar otro igual al hermano.


Los invito a pensar en cuántas situaciones intervenimos para que nuestro hijo sea feliz en el momento, quitándole la oportunidad de ser más tolerante, más resiliente, herramientas que sin duda alguna le podrían ayudar a ser más feliz a mediano y largo plazo.

 
 
 

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Hola, soy Elvira Asse, cuento con más de 35 años de experiencia en la Formación para Padres con Crianza Respetuosa,

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